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Elpoderdel miedo
A ladina estrategia diseñada por quienes en el ámbito de la salud viven de
meter miedo de manera masiva a la sociedad sigue desarrollándose de forma
tan implacable como imparable. Y se ha pasado ya a la siguiente fase. Tras repetir
las autoridades sanitarias hasta la saciedad que el virus de la gripe A es
muy contagioso pero de leves efectos y no hay que preocuparse cuando el estado
general es bueno ahora se intenta hacer creer que puede llevar a la
muerte incluso a personas sanas. Y se ponen ejemplos ¡que nadie se molesta en investigar!
Todo el mundo los da por válidos. La verdad, sin embargo, es que se trata de una falacia. El virus
de la gripe A -que es el mismo que el de la gripe aviar y el que intentó endosarse esta vez
a los cerdos por mucho que se disfrace ese hecho- se creó intencionadamente en un laboratorio
y se transmite por el aire pero no genera ningún problema de salud serio. Nadie muere por
su causa. Aunque así se intente ahora hacer creer en esta escalada estratégica de ir preocupando
má~ y más a la gente para que cuando se anuncie la llegada de la vacuna se la pongan
sin pensárselo dos veces. El virus de marras se está expandiendo intencionadamente con el
único objetivo de crear alarma social para vender vacunas como hemos denunciado una y otra
vez. Algo que -no albergamos la más mínima duda- conseguirán. Porque las multinacionales
farmacéuticas implicadas cuentan con apoyos importantes en todos los gobiernos y son quienes
designaron a los responsables de la Organización Mundial de la Salud (OMS) que por eso
están haciéndoles el juego desde el principio. Algo que se elude explicar en los principales medios
de comunicación donde la capacidad de discernimiento y crítica de quienes trabajan en
ellos es ya prácticamente nula. No en todos los casos pero quienes saben que detrás de todo
esto hay mucha podredumbre callan porque quieren conservar sus puestos de trabajo. Así de
duro y de simple. Y no lo decimos nosotros: nos lo dicen ¡ellos mismos! Al menos algunos que
se sienten abochornados de no hacer nada. En cambio, quienes están al servicio de esta operación
hablan con tanta libertad como desfachatez. Como la ex ministra de Sanidad y actual
responsable de Política Social del Partido Popular (PP) Ana Pastor que casi a diario reclama
en las distintas cadenas de televisión y radio más vacunas, más dosis y más celeridad. Lo mismo
que reclamó para la llamada vacuna del virus del papiloma humano. Hablamos de la misma
individua que compró a Estados Unidos millones de vacunas para la viruela por si sufríamos
un ataque del peligrosísimo acumulador de armas masivas Sadam Husein. La misma que
retiró el Bio-Bac del mercado hace ya ¡siete años! deteniendo injustificadamente a 23 personas
¡sin que a día de hoy el juzgado haya terminado la fase de instrucción!, un auténtico escándalo
que demuestra la lamentable situación de nuestro sistema judicial. La misma que retiró
del mercado ¡más de 200 productos! naturales alegando que se trataba de medicamentos
sin autorización -a pesar de que muchos se vendían legalmente en otros estados miembros como
complementos alimenticios oproductos dietéticos- lo que llevó en marzo de este año al
Tribunal de Justicia de las Comunidades Europeas a dictar una sentencia condenando a
España por ello. ¡A España! que tendrá que pagar una fuerte cantidad sin que a la responsable
de tales atropellos ¡le pase nada! Hay impunidad en suma para quienes están al servicio de
la industria farmacéutica. Muchos lo saben. Y por eso callan. Y ocultan. Y consienten. Y mienten.
Pero las vacunas no son inocuas. Y cientos de millones de personas van a ser vacunadas
sin necesidad asumiendo riesgos innecesarios. ¡Sin que se cumplan los requisitos que se exigen
normalmente a toda vacuna! ¡Sin valorarse ni su seguridad ni su eficacia! Sólo para que algunos
sinvergüenzas sin escrúpulos se enriquezcan. Por eso vamos a denunciado una y otra vez
hasta el hartazgo. Aunque sólo sirva para dejar en evidencia a quienes desde la política, la medicina
y los medios de comunicación hacen el juego a los instigadores de este montaje. Lo único
que falta es que declaren obligatoria la vacuna. Solo que entonces llamaremos directamente
a la rebeldía social. Y ayudaremos a inundar los juzgados de denuncias.
José Antonio Campoy
Director Discovery salud
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